Marta Martínez, becaria de doctorado 1998, repasa su larga trayectoria en el Antenna and EM Modeling Department de IMST GmbH en una entrevista concedida a Faro de Vigo


Detener un vehículo en marcha con señales de radio, pagar en las autopistas sin detener la marcha o medir el consumo de calefacción de forma remota. Todo esto es posible gracias a las antenas y radares desarrollados en el departamento de la compañía alemana IMST GmbH en el que trabaja Marta Martínez (Santiago, 1973) desde hace casi dos décadas y en colaboración con conocidas marcas de automóviles ,agencias espaciales, fabricantes de equipos médicos o universidades y centros de I+D de toda Europa.«Lo más atractivo es la posibilidad de abordar proyectos diferentes. Aprendes siempre y te enfrentas a nuevos problemas que hasta ese momento ni le habías planteado», celebra Marta, la primogénita de dos matemáticos gallegos. Su padre, Antonio Martínez, catedrático emérito de la Universidad de Valencia, fue profesor en Santiago, Granada y la capital del Turia, donde acabó asentándose la familia. Ella es la mayor de tres hermanos y todos se decantaron por la ingeniería. Tras cursar el último año de la carrera de Telecomunicación en Rennes, llegó a la empresa IMST GmbH en 1999 con una beca Barrié para realizar una tesis  que fue premio de doctorado de la Politécnica de Valencia. y antes de finalizada ya le ofrecieron un contrato indefinido en el departamento de Antenas y Simulación Electromagnética. »

Somos una empresa de investigación  desarrollo para otras compañías, aunque tenemos una pequeña gama de productos propios y también nos dedicamos a la consultoría y la formación, En nuestro departamento trabajamos mucho con la Agencia Espacial Europea (ESA),fabricantes de los sectores de la automoción, aeronáutica o sanidad y también con alguna empresa gallega. Nuestros proyectos son muy variados, desde cargadores de móviles sin contacto hasta radares de 80 gigahercios. También está muy involucrado en el 5G y la industria 4.O.  Y nos llegan propuestas tan sorprendentes como una conexión por radio entre la parte delantera y trasera del esquí para garantizar que no se alteran las fijaciones», revela Marta, que también es la vicepresidenta de la Asociación Europea de Antenas y Propagación y editora de revistas especializadas.

En 2016 coordinó un proyecto financiado por la UE para estudiar como frenar un vehículo con una señal de radio:»No evitaría atentados con furgonetas pero sí se podría utilizar en persecuciones o controles, Se trata de detener el motor sin causar heridos y, para tener en cuenta todas las implicaciones, trabajamos con psicólogos, médicos y abogados»

Actualmente trabaja en el desarrollo de nuevas tecnologías de comunicación para la ESA o el Gobierno alemán, así como en sistemas que permitan integrar las antenas en el fuselaje y contribuir a reducir la contaminación de los aviones dentro del programa europeo Clean Sky. En esta iniciativa también participan empresas, centros de I+D y universidades de varios países, entre ellos, España.

La empresa, con sede en Kamp-Lintfort, tiene una plantilla de unos 180 trabajadores de varias nacionalidades. «En Alemania la Formación Profesional está muy bien valorada no existe la titulitis de España. A igual que en otros países europeos, como Holanda, hay una falta de ingenieros. Y los españoles, a pesar de que nuestra formación no es tan práctica como la de aquí, somos muy bien valorados, En nuestra empresa todas las experiencias han sido muy buenas», destaca Marta, que recibió un premio a su trayectoria en 2013 del IEEE, la mayor asociación profesional del mundo para el avance de la tecnología.

España también ayuda a feminizar ámbitos profesionales todavía más masculinizados que en nuestro país, «IMST tiene un porcentaje de mujeres muy elevado para el contexto alemán y además ofrece muchas facilidades para conciliar. Pero, en general, la situación no es la ideal y muchas chicas piensan para qué estudiar una carrera tan difícil si luego tendrán que dejar su trabajo. Se hacen llamadas para que las estudiantes visiten empresas tradicionalmente masculinas, también al revés, y hay programas de mentoría. Yo soy la consejera de una chica que hace su doctorado en un tema similar al mío», explica Marta casada con otro ingeniero español y madre de dos hijos de 11 y 8 años.

La familia reside en Düsseldolf, ciudad a la que llegó una ola de españoles en los últimos años huyendo de Ia crisis: «Se ha frenado. El problema fue que muchos tenían expectativas poco realista y sin hablar alemán o inglés es muy difícil. Aquí también hay minijobs y trabajos mal remunerados».

La capital de Renania, con más de 600.000 habitantes, destaca por su multiculturalidad –el 40% de la población tiene raíces extranjera y una gran oferta cultural «Han empezado los mercadillos de Navidad y el día 11 ya arrancó el Carnaval. La gente cree que los alemanes son muy serios pero esto en febrero es un desmadre», comenta entre risas, Uno más de los detalles que matizan los estereotipos:» Es verdad que a veces son fríos y quizá demasiado organizados pero si tienes amigos alemanes puedes contar con ellos para lo que sea. Si ven que te esfuerzas en integrarte lo agradecen y te reciben muy bien».

Fuentes: Faro de Vigo, 26.11.2017 

Autora: Sandra Penelas